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viernes, 8 de junio de 2012

Un modelo a seguir...



En Argentina, específicamente en Olavarría, una escuela estaba preocupada por el nivel de violencia de sus alumnos y por el desorden que estos provocaban en las horas de clases. Los alumnos hacían diferentes ritmos de percusiones en las mesas de sus salas, sólo por el hecho de molestar al profesor que estaba haciendo su clase. Fue entonces cuando una docente se dio cuenta de que en las bromas que hacían los estudiantes latían condiciones musicales, entonces una idea surgió… con baldes, tarros y de forma muy rústica, formaron una comparsa para que los adolecentes, a través de las percusiones lograran canalizar su energía.

Pronto los resultados se hicieron ver: los niveles de violencia disminuyeron y los estudiantes se dieron cuenta de que podían utilizar sus capacidades para hacer algo productivo y placentero.

Esta idea tuvo tanto éxito que luego, estos alumnos formaron “La Banda de Sikuris”, agrupación que tiene como objetivo difundir la música de los pueblos originarios.
(Articulo Revista de Educación Edición 339-2009)


Ellos no son La Banda Sikuris, pero es lo que más o menos refleja el trabajo que se hizo con los estudiantes.




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